Músculos inspiratorios: Diafragma, intercostales internos, escalenos, pectoral y trapecio.
Músculos espiratorios: Intercostales internos, oblicuo externo e interno del abdomen, transverso y recto anterior del abdomen.
Durante la práctica deportiva, hay que prestar especial atención a cómo se realiza esta función. En actividades cíclicas, continuas y prolongadas propias de deportes de resistencia (natación, jogging, etc) debe mantenerse una respiración relajada y profunda. No debemos forzar los músculos inspiradores incrementando la frecuencia ya que nos veríamos obligados a abandonar la actividad a los pocos minutos.
En actividades acíclicas como la musculación, debemos sincronizar la ventilación con las fases del ejercicio. En cualquier ejercicio encontramos dos fases a destacar: la fase concéntrica y la fase excéntrica. Durante la fase concéntrica la musculatura está realizando un esfuerzo a favor del sentido de movimiento. Durante la fase excéntrica, por el contrario, la musculatura realiza un esfuerzo resistido en contra al sentido de movimiento.
De esta manera, la espiración estará asociada con la fase concéntrica del movimiento y la inspiración con la fase excéntrica.
A su vez, el consumo de oxígeno está determinado en gran parte por nuestra herencia genética, pero otros valores tales como el sexo, la edad, el peso, la condición física y el entrenamiento pueden modificarlo, aunque no sustancialmente. La gran mayoría de los autores concuerda en señalar que el consumo máximo de oxígeno (VO2 max) no puede mejorarse más del 15% – 20%.
El entrenamiento del consumo máximo cobra vital importancia en las disciplinas deportivas que van de los 3 a 10 minutos, si bien también es entrenable en deportes de mayor duración, ya sea como método de control o de mejoramiento de base de la capacidad de resistencia.
GADG
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